(Prensa de Frente) Los 25 micros estacionados sobre la 9 de julio, entre Independencia y Constitución, resultaban llamativos ya que los desocupados suelen llegar a la Capital en los trenes desde el Conurbano, sin pagar para ser trasladados.Unos 200 muchachos con una bandera que decía “ultra K” llegaron ayer miércoles en esos micros y se instalaron frente al ministerio una hora antes de la movilización anunciada por el reclamo de “Cooperativas sin punteros”. Como si tuvieran que defender la “fortaleza” de la ministra Alicia Kirchner contra los desocupados que se acercaban, hicieron un cordón de seguridad y distribuyeron volantes con la consigna “Kirchner 2011 – Contra el proceso destituyente”. Dos cuadras más al sur, tanquetas de infantería impedían que la movilización de organizaciones populares independientes llegara al Ministerio. El día anterior, las mismas organizaciones habían anunciado que volverían, a la espera de poder reunirse con algún funcionario. El gobierno parece haber elegido otro tipo de respuesta al reclamo: la amenaza policial y el desafío de unos muchachos que nadie conoce ocupando de antemano el lugar de la protesta.
“No pasó nada porque tenemos experiencia y no nos prestamos a la provocación”, explica Federico Orchani, de la Cooperativa Darío Santillán. “Fuimos a hablar con ellos, tenían banderas que decían “La Tosco” y “Ultra K”, pero la Corriente Agustín Tosco integra nuestra organización y esta gente parece haber usurpado el nombre para generar confusión, como parte de la misma provocación”. Hablando con quienes se presentaban como dirigentes del grupo, decían provenir de un desprendimiento del Frente Transversal, que conduce el ex diputado del Frente Para la Victoria, Edgardo Depetri. Pero nadie los conocía. “Nosotros tenemos buena relación con la militancia de todas las organizaciones, incluso las que apoyan al gobierno, pero esto estaba armado” –sigue Orchani- “Nosotros sabemos lo que cuesta movilizarse desde el conurbano, un micro desde Florencio Varela sale 700 pesos, y no podemos pagar ni uno, ¿de dónde sacaron 25 micros?, está claro que los mandaron desde el gobierno”.
Desde hace más de un año, la militancia kirchnerista hizo de la contradicción “campo”- gobierno, un eje de disputa discursiva contra la “oligarquía terrateniente” y los sectores “destituyentes”. En ese marco, se llevaron a cabo “contramarchas” y disputas del espacio público, como convocatorias simultáneas a la Plaza de Mayo para desalentar caceroleros opositores. Aquellos hechos merecían ser interpretados como formas legítimas de disputa del espacio público desde la movilización popular, ya que la militancia kirchnerista identificó con claridad a los sectores reaccionarios que buscaban oponerse no sólo al gobierno, sino a cualquier avance popular.
Sin embargo, este caso marca un preocupante antecedente: los funcionarios y cuadros del kirchnerismo que arman estas operaciones, deberían saber que mandar manifestantes oficialistas a enfrentar a otras organizaciones populares, sean éstas opositoras o independientes, es un gravísimo error que puede llegar a generar hechos de violencia entre sectores populares que, más allá de las diferencias de caracterización del gobierno, deberían reconocer la existencia de “enemigos comunes” en el poder económico, las grandes corporaciones y las estructuras represivas del Estado, por caso.
La decisión de “pelearle en la calle” a otras organizaciones populares, desde el oficialismo, tiene un antecedente cercano: después del primer acampe de 36 hs. frente al ministerio el año pasado, Gastón Harispe, del Movimiento Octubres, pasó por la reunión donde los referentes de las organizaciones negociaban con Emilio Pérsico el acuerdo que después el gobierno incumpliría, y desataría la ola de protestas de estos meses. Allí, Harispe anunció que marcharían "en apoyo al gobierno" al mismo lugar donde se estaba haciendo el acampe.
Tan afectos son quienes militan en las filas oficialistas a caracterizar cualquier acción de independencia del gobierno como “funcional a la derecha”, que podrían razonar, en momentos en que algunos grupos mediáticos y dirigentes de derecha intentan instalar la idea de “grupos oficialistas de choque”, cuánto de funcional a la derecha termina siendo que un grupo de muchachos con carteles “Kirchner 2011” salgan a enfrentar una movilización de desocupados, como pasó ayer.
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