La
institución jesuita reprime estudiantes, practica el subcontratismo
entre académicos y trabajadores, dice lo que no hace y se apoya en
poderosos empresarios del país. La negación de su mentor.
“…el
universitario debe llegar a adquirir la mística de que en el campo
propio de su profesión no es sólo un técnico, sino el obrero intelectual
de un mundo mejor.”
Alberto Hurtado
por Andrés Figueroa Cornejo
Felipe
Sánchez cursa el segundo año de la carrera de Ciencias Políticas en la
privada Universidad jesuita Alberto Hurtado (UAH). Es consejero
académico y miembro del Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel) que
desde el 2 de octubre recién pasado, y por mandato del Consejo de la
Federación de Estudiantes formado por representantes de cada una de las
carreras de la UAH, está organizando un plebiscito donde participarán
académicos, funcionarios y estudiantes.
“La pregunta a la
comunidad toda será: “¿Está usted de acuerdo con que las autoridades de
carrera, facultad y dirección de la universidad sean electas por
profesores, funcionarios y estudiantes?” Y se debe responder “sí” o
“no”. La consulta se realizará los próximos 21, 22 y 23 de octubre”,
informa Felipe.
-¿Y por qué hay que efectuar la consulta?
“El
presidente de la universidad, Fernando Montes (S.J.), lleva alrededor
de 17 años en su cargo. Es decir, estamos luchando para la
democratización radical de la institución y contra las autoridades
designadas y los puestos vitalicios.”
-¿Será suficiente un plebiscito para cambiar una estructura tan rígida y vertical?
“Mira,
si bien entendemos que sólo es una medida consultiva para obtener un
dato de cantidad y calidad de la comunidad universitaria, sabemos muy
bien que el plebiscito asumirá un carácter vinculante sólo mediante una
movilización generalizada.”
Los poderes, las demandas, la represión
Pero
la iniciativa de los estudiantes no sólo se enfrenta con la férrea
arquitectura jesuita de la UAH. Su directorio y consejo superior, de
acuerdo a la página oficial del plantel, entre otros personajes, está
compuesto por Alberto Etchegaray Aubry, empresario y próximo al Partido
Democracia Cristiana (DC); Mónica Jiménez de la Jara, DC, quien fuera
parte de la derechista Fundación Paz Ciudadana presidida por el golpista
y dueño del El Mercurio, el poderoso hombre del Pentágono en Chile,
Agustín E. Edwards E.; Rafael Guilisasti Gana, ex presidente del gremio
empresarial de Chile, la Confederación de la Producción y el Comercio;
Fernando Echeverría Vial, empresario de derecha y ex presidente de la
Cámara Chilena de la Construcción; Anita Holuigue Barros, empresaria y
directora del grupo Dial y Unimarc; Diego Vidal Sánchez, empresario,
presidente de la financiera Credicoop y director de varias
corporaciones; Sergio Molina Silva, DC, empresario, ex vicepresidente
del Banco del Desarrollo; y José Said Saffie, millonario presidente de
los directorios del BBVA - Chile y Parque Arauco S.A., director de
Consejo Empresarial Chile-Perú, director de Mega Plaza (Sociedad de
Centros Comerciales en Lima), director titular de la Asociación de
Bancos e Instituciones Financieras.
-Tú señalas que existe una disociación entre el decir y el hacer de la UAH…
“Absolutamente.
Cada año que pasa los aranceles de las carreras son incrementados. Por
eso hemos señalado que el consejo superior es la entidad medular que
está convirtiendo a la U en una empresa cualquiera, y, en consecuencia,
debe dejar de existir. Y pasa que uno entra a la Alberto Hurtado porque
el discurso que vende es de cambiar el mundo, transformar la sociedad,
el relato de la inclusión social. Sin embargo, ese cambio de mundo que
se pregona únicamente es académico, intelectual. Quieren que
“transformemos la sociedad” con un título, fuera del plantel y sólo
intelectualmente.”
-¿Cuáles son las demandas más inmediatas de los estudiantes?
“Durante
el 2014 hemos protagonizado un proceso ascendente de movilización.
Nuestras exigencias están asociadas al no pago de la matrícula, tal cual
como era antes de 2007. No cancelar la matrícula significa recursos que
favorecen la ya dañada economía de las familias, porque no hay ningún
crédito ni beca que la cubra (USD353 anual).”
-¿Cuál es el costo total promedio de una carrera de 5 años en la U?
“Varía
según la carrera, pero podría hablarse, si uno no reprueba ni atrasa,
de aproximadamente USD25.200. El problema más urgente lo sufrimos por el
pago que hay que hacer entre el arancel real y el de referencia. El de
referencia se puede cubrir mediante la toma de deuda o crédito con aval
del Estado; sin embargo, la diferencia entre el real y el de referencia
debe cancelarlo la familia del estudiante. Hoy estamos frente a un
importante número de jóvenes que deben irse de la universidad por
morosidad. En este sentido, una de nuestras reivindicaciones más
sentidas tiene que ver con la transparencia institucional.”
-¿Producto de la movilización no han sufrido represalias?
“Lamentablemente
sí. Desde el 2010 hasta ahora mismo, y en especial contra los
estudiantes de Ciencias Políticas. Hoy, hace un rato nada más, nos
enteramos que la dirección de la Escuela le abrió un sumario al
presidente del Centro de Estudiantes de Ciencias Políticas, Eduardo
Inostroza. Expulsar a estudiantes cada vez que comenzamos a movilizarnos
se ha convertido en una política sistemática de las autoridades con el
fin de atemorizar a la gente. De hecho, somos reprimidos incluso por
pegar letreros al interior de la universidad. La amenaza es permanente.
De todos modos ya tenemos una agenda de actividades y movilizaciones
para todo el mes de octubre de este año.”
-¿En qué trabajan los egresados de la UAH?
“La
inmensa mayoría se desempeña en el sector privado o francamente labora
en algo que no guarda relación con la profesión que estudió. Ahí se
destruye la propaganda sobre “la vocación pública” de la U. En lo
cercano, los estudiantes de pedagogía se han organizado para demandar
mejor infraestructura y mejores prácticas profesionales. En general, las
prácticas se realizan al final de la carrera y no durante la carrera.
Además, los lugares de las prácticas son impuestos.”
-¿Qué pasa con los funcionarios y los académicos?
“Sufren
las consecuencias del subcontratismo. En especial los trabajadores/as
del aseo y los guardias. Igualmente los profesores que permanecen
divididos entre los de planta, una minoría, y los profesores “taxi”, la
mayoría. Ello, obviamente, redunda en salarios muy desiguales. El
plebiscito también debe servirnos para hacer un catastro sobre sus
problemas más apremiantes. Es la base para crear una verdadera comunidad
y proyecto triestamental.”
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