lunes, septiembre 09, 2013

A 50 años del Nacimiento de la Nueva Canción Latinoamericana

(Colectivo Avanzar)
La Nueva Canción Latinoamericana, con sus numerosas definiciones y particularidades, nace en el seno de una década convulsa para Occidente: la década del 1960, que marcó un hito en la forma cómo los pueblos comenzaron a pensarse a sí mismo, aún cuando en la mayoría de los casos esta renovación de la conciencia eclosiono inicialmente en el interior de las elites que conformaban los grupos sociales de izquierda. Posteriormente, los nuevos planteamientos sobre la tradición, lo popular y la revalorización de la identidad, serían transmitidos a las masas de diversas formas y tendría un impacto social diferenciado dependiendo de los casos.
La Nueva canción Latinoamericana fue el instrumento político y estético para difundir en las masas la ideología que habría de motorizar los Nuevos Tiempos que se anunciaban en los años sesenta, y conducir a la formación del hombre Nuevo, ése que haría la revolución política socialista y reivindicaría a las clases tradicionalmente oprimida. Los años sesenta son la matriz de cambios ideológicos mundiales que marcaron nuevos ejes directrices en la conciencia social y colectiva de los jóvenes. En América Latina, Cuba acababa de estrenar su Revolución en 1959 y se erigía como un estandarte de esperanza, libertad y lucha antiimperialista anhelada y admirada por los grupos de la izquierda que comenzaban a nacer con rapidez en los países latinoamericanos. Esta década fue el caldo de cultivo ideológico que movilizó a centenares de jóvenes ansiosos por las reformas y revoluciones políticas y sociales, influenciados por los nuevos planteamientos de la teoría social crítica, el anarquismo, el trotskismo, el marxismo-leninismo.
Los sesenta estuvieron marcados por la crítica a las instituciones, al modo de producción capitalista y, sobre todo, estuvieron signados por una reacción colectiva frente a un sistema socio-político considerado muy represivo no muy diferente a las represiones que hoy se viven en diferentes lugares del mundo.
En este escenario, Estado Unidos atravesaba una significativa crisis social y política, la misma que hoy tiene y  profundizándose cada vez más.
La nueva Canción Latinoamericana nace en un momento histórico de conflictos y de necesidades 
Políticas y sociales, se erige como un canal de reacción y  expresión en contra de todas las dictaduras que se comenzaban a llevar a delante bajo la “Doctrina de Seguridad Nacional” implementadas por el imperialismo y las derechas Criollas en América latina, así, la nueva canción se convierte en un símbolo de consciencia latinoamericana, expresada en la continuidad y consonancia de ideas compartidas sobre el destino que deben tener los pueblos de esta América Morena. Los inicios de la nueva canción podemos situarlos en el surgimiento de una serie de trabajos musicales que se dieron a lo largo y ancho de América Latina: El Nuevo Cancionero en la Argentina, al Nuevo Canto del Uruguaya la Peñas de los Parra en Chile, a la nueva trova Cubana y a Carlos Pueblas con figuras de muy importantes: Víctor Jara, Quilapayun, Inti-illimani, Violeta Parra en Chile; Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Armando Tejada Gómez en Argentina; Alfredo Zitarroza, Los Olimareños, Daniel Viglietti en Uruguay; Amparo Ochoa y Oscar Chávez en México; Soledad Bravo. Ali Primera, Gloria Martín en Venezuela; Carlos Pueblas, Noel Nicola, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez en Cuba, entre muchos otros. 
Este Movimiento se cristaliza con el 1º Festival de Protesta de 1967, organizado por la Casa de la América, en este encuentro se definieron algunas características de lo que debía ser la Canción Protesta y se resaltó su función social como aparato de fuerza y arma de lucha de todo proceso revolucionario políticamente de izquierda, desde esta perspectiva, América Latina era vista como un continente que debía forjar su liberación, rompiendo las cadena de dependencia con los Estado Unido, algo que hoy más que nunca se deben profundizar en esta Lucha contra el imperialismo, hoy debemos crear canales de comunicación efectivos para los cantores populares del pueblos de esta América Morena, en consecuencia, el artista el arte en general debe profundizar su participación más activa en la grandes tareas de toda liberación y debe mostrar un claro compromiso con toda lucha de liberación, basta de ser un elemento de convocatoria solamente, el arte y el artista debe convertirse en parte de todo un proceso revolucionario. 
En consecuencia el arte se debe convertir en un arma de lucha contra toda penetración cultural ya que esta eclipsa toda posibilidad de que el pueblo se conozca a sí mismo, por lo tanto el artista le debe devolver al pueblo su propia identidad, robada por el imperialismo cultural por muchas décadas y hacerlo consciente su propia realidad. Por esta razón hablar de los “50 años del Canto Popular” es hablar de un espíritu innovador y emprendedor de un época, de una generación que pensaba en colectivo y no como hoy que el sistema nos ha convertido en personalistas e individualistas y la cultura como fenómeno continental, implica variadas forma de expresión relacionadas entre sí y debe caminar junto a un profundo sentido revolucionario. 

El enemigo se a propio de la cultura haciéndola mercantilista, creando de ella una fotografía para la frustración y la nostalgia, sin embargo, el destino histórico de este género no puede verse como concluido, la nueva canción sigue y debe seguir calando en las nuevas generaciones de jóvenes y seguir constituyendo un canal permanente para todas les expresiones de toda inquietudes políticas e ideológica de cambios revolucionarios.                                                          

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