Han pasado ya 8 años desde el estallido social del 19 y 20 de diciembre en Argentina y que ponía fin (sólo por un rato) a un modelo económico y político que se encargo de excluir a nuestro pueblo y dejarlo en el más aberrante estado de marginación.
Represión, policia violenta, carros de asalto, gases lacrimógenos, caballos, piedras, balas de plomo, asesinatos, incendios, hambre, saqueos, ollas populares, plazas llenas. Estas son algunas de las imágenes que nos quedarán marcadas de aquellos días de lucha de nuestro pueblo.
Hoy, a 8 años, todo sigue igual, nada cambio, arriba están los mismos, aunque más maquillados y enduidos para tapar sus caras y aparentar algo que no son.
Nada cambio, la exclusión social ha aumentado, la marginación es cada vez más cruel, la realidad que nos venden desde el poder y los medios de inutilización es un biombo que nos oculta las verdaderas miserias y crueldades que esta vida neoliberal disfrazada de progresismo tiene para mostrarnos.
Hoy algunos desmemoriados y necios, falsos progresistas y neoliberales con botas, piden más mano dura para nuestros pibes, que son excluidos por este perverso sistema, que los deja en el estado más grave de marginación e indiferencia que un aparato pueda brindar, y no contentos con ello piden mayor presencia de policias represores y asesinos en las calles, aquellos que siguen perpetrando la profundización del modelo de apoyo al crimen organizado, el delito y las mafias de la droga.
Siempre viene bien para nuestras vidas un baño en la memoria de aquellos días en los que queríamos una reforma social y económica categórica, definitiva e inclusiva, con igualdad y justicia para el pueblo.
Hoy a 8 años, todo sigue igual, estamos más anestesiados que nunca y la única realidad que hará cambiar este negro paisaje que nuestros políticos quieren para nosotros, es la acción y la participación.
La equidad y la inclusión, por medio de acción popular y la participación de grupos que se unen para lograr objetivos en común, es la única salida que tenemos como sociedad. Si profundizamos aún más la desigualdad, la negación, la indiferencia, la intolerancia, el desamparo y el desequilibrio ellos habrán logrado su objetivo y nos devoraremos entre nosotros como canívales.
Sólo de nosotros depende hacernos cargo de aquello que omitimos y dejamos de hacer. Es hora de transormar la historia de nuestro pueblo y no esperar nada más de nuestra "elite" de políticos.
Está en nuestras manos. Démosle el verdadero sentido a estas imágenes, y transformémoslas en un acto con verdadero significado y en un valor para nuestra sociedad.Ellos dieron su vida y quisieron otro país.
Hagámoslo!
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