por Andrés Figueroa Cornejo
Sindicato Unidad de Trabajadores (SUTRA)
Con
10 estudiantes detenidos y violentamente golpeados por agentes de las
fuerzas especiales de carabineros, terminó la marcha entre la sede de la
privada Universidad de Arte y Ciencias Sociales, ARCIS, ubicada en la
calle Libertad 53 en la comuna de Santiago y el Ministerio de Educación
situado a metros del Palacio de La Moneda. Hasta el cierre de este
artículo urgente, el joven Leandro Torchio, estudiante de Filosofía de
ARCIS, esperaba la decisión del fiscal por el cargo de “maltrato a obra
de carabineros”, toda vez que el castigado físicamente por la policía
fue el muchacho.
Producto de la profunda crisis que atraviesa la
institución de estudios superiores desde hace varios meses
(http://www.rebelion.org/noticia.php?id=189179), la comunidad organizada
triestamentalmente (académicos, trabajadores y estudiantes) resolvió
realizar una nueva caminata que reunió a medio millar de personas este
martes 23 de septiembre de 2014, con el fin de exigir al gobierno una
respuesta ante la incertidumbre que recorre a toda la entidad.
No
obstante, ya en el Ministerio de Educación, los representantes de la
comunidad ARCIS sólo recibieron como respuesta que el conflicto “es un
asunto entre privados”, y ni siquiera les fue agendada alguna reunión
futura.
CRÍTICA FUNDADA A LA REFORMA EDUCACIONAL EN DEBATE
En
una declaración pública dirigida tanto a las autoridades
gubernamentales de enseñanza, como a la opinión pública chilena, la
comunidad organizada de ARCIS indica que su crisis es “expresada de
manera grave y visible en el permanente retraso de los pagos de los
sueldos a trabajadores y académicos (…) que se viene produciendo desde
enero del presente año”.
Asimismo, la declaración anota que “La
crisis que atraviesa la universidad dejó de ser un simple problema de
irregularidad en el flujo de los recursos y se ha transformado en un
problema de carácter estructural, al constatarse que los créditos con
aval del Estado y los demás ingresos financieros no logran cubrir los
gastos esenciales de la institución (…), todo lo cual significa que está
en juego la viabilidad económica de nuestra universidad en el corto
plazo.”
Apuntando al fondo del problema, la comunidad ARCIS
plantea que ”la situación por la cual atraviesa nuestra universidad es
la manifestación de la crisis que vive el modelo de mercado en educación
superior y constituye un síntoma de un problema mayor frente al cual
aún no existen soluciones reales. La existencia de universidades
privadas está basada en el cobro de las familias, y por tanto, en la
idea de una educación como bien de consumo; se sustenta además en el
endeudamiento de las familias y en la bancarización del sistema, por lo
que finalmente representa un negocio basado en relaciones de mercado,
que no contempla variables éticas, sociales o culturales.”
Las
fuerzas universitarias en acción consideran que “es el Estado quien debe
hacerse cargo de los agudos problemas que vive la educación superior
privada e intervenir con un enfoque público y sentido de proyecto en las
situaciones de crisis. (…) El Estado debe aprovechar la oportunidad que
otorga la crisis para ampliar su acción en la educación superior y
extender el sistema público.”
En términos del debate y
tramitación de la reforma educacional en el Congreso, la comunidad ARCIS
cree que “el proyecto de ley de administración provisoria, tal como fue
presentado, no responde al llamado “cambio de paradigma” del que ha
hablado el ministro de Educación y más bien mantiene la lógica de
mercado al no permitir la expansión pública del sistema, limitándose a
sanear a las instituciones (en caso de no cerrarlas) y devolverlas al
mercado. Nos interesa, en definitiva, no la defensa corporativa ni la
mantención de intereses privados en educación superior, sino la
construcción de un sistema nacional de educación pública en el que
nuestra universidad sea partícipe.”
TRASCENCIDOS
De
acuerdo a fuentes ligadas a la repartición financiera de la corporación
dueña de la universidad ARCIS, el déficit económico alcanzaría casi los
USD3 millones, además de las propiedades en infraestructura que están en
una forma de bienes vendidos con posibilidad de ser recuperados por el
valor de aproximadamente USD10 millones. Sin embargo, la misma fuente,
informó que la cuestión de fondo es de carácter político y que deben
transparentarse públicamente todas las maniobras económicas que llevaron
a la crisis universitaria. Y sobre ese aspecto, los dueños de la
universidad hasta enero de 2014, el Partido Comunista de Chile, tiene
algo qué decir.
Foto: Óscar Navarro
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