Entrevista
con el ex militante de Montoneros, internacionalista, colaborador del
legendario Rodolfo Wash, periodista y actual Director de Resumen
Latinoamericano y del Tercer Mundo, el argentino Carlos Aznárez.
por Andrés Figueroa Cornejo
¿Cómo
un periodista de origen chileno que busca servir a los intereses de los
humillados/as entrevista al que considera una leyenda viva del
periodismo combativo? ¿Con qué palabras retrata un privilegio único?
Hoy
Carlos Aznárez es Director de la revista impresa y del sitio Resumen
Latinoamericano y del Tercer Mundo
(http://www.resumenlatinoamericano.org/). Carlos fue parte del proyecto
periodístico de la revista "Cristianismo y Revolución" (que en sus
comienzos derivó en grupos de autodefensa como los Comandos Camilo
Torres), de las Fuerzas Armadas Peronistas
(http://www.rebelion.org/hemeroteca/sociales/fap2110801.htm) y de
Montoneros (http://rebelion.org/noticia.php?id=118776). Tuvo sitio en el
equipo selecto del diario Noticias y en la Agencia de Noticias
Clandestina, ANCLA, de Montoneros. Al mismo tiempo, Aznárez se desempeñó
como dirigente sindical de los trabajadores de la comunicación
(Asociación de Periodistas de Buenos Aires -APBA). Fue prisionero
político en la penúltima dictadura (1970-1971) de Argentina, mientras
que en la última estuvo clandestino entre 1974 y 1978. Debió salir al
exilio a Madrid donde, producto de diferencias con parte de la dirección
de Montoneros, rompió con la organización junto a un grupo bastante
importante de militantes que ya no compartía la visión triunfalista de
ese instrumento político que no leyó correctamente el abierto período de
reflujo de lucha popular que existía entonces. Retornó al país a fines
de 1983.
En 1979 fabricó Resumen de la Actualidad Argentina y
Latinoamericana, donde escribió gente como Eduardo Galeano, Mario
Benedetti, Roa Bastos, entre muchos. Esa primera etapa de Resumen
terminó en el número 100. Luego se reconstruyó la publicación en 1993.
“Empezamos
a hablar y publicar sobre el entonces coronel Hugo Chávez cuando nadie
de la izquierda argentina se lo tragaba”, dice Carlos, en tanto la
mañana amigable de la Capital argentina barre los últimos resabios del
invierno.
Y pasó que Resumen se volvió multivocal: tinta,
Internet, radio, imagen, cine debate y Cátedras Bolivarianas. “El cine
debate es la plaza donde se comparten y solidarizan todas las luchas de
los pueblos del mundo”, abrevia Carlos una iniciativa potente y
prestigiosa.
-¿De dónde proviene la inspiración internacionalista de tu quehacer periodístico y comprometido?
“Para
nosotros, para mí, el internacionalismo es una forma de vida. En el
exilio aprendí que el problema de los kurdos y de los vascos, por
ejemplo, eran parte del problema de los argentinos. De todos modos,
antes de salir al exilio en los 70 ya teníamos fuertes lazos con la
causa del pueblo vasco y del palestino, además, naturalmente, del
proceso de la Unidad Popular de Chile y su posterior resistencia después
del golpe. El internacionalismo fue una práctica para mí desde los
tiempos tempranos de Cristianismo y Revolución.”
-¿Y Ernesto Guevara?
“Argentina
fue muy ingrata con el Che durante un largo período. Por motivos
asociados al peso del peronismo y a la mala lectura que de esa
experiencia política hizo el Partido Comunista de aquella época, frente
el Che fueron creados anticuerpos que gracias a personajes como John
William Cooke (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=189790), fueron
cediendo. Al menos en mi militancia, el Che fue una figura siempre
reivindicada, así como la Revolución Cubana. No entramos nunca en la
variante macartista (anticomunismo en general) que un sector del
peronismo tuvo y tiene.”
El hombre acumula medio
siglo de profesión periodística en el cuerpo. “La mitad de mi carrera la
he realizado en medios independientes del poder, los cuales siempre
fueron llamados despectivamente “pasquines” por los enemigos de la
disidencia sistémica. Yo comencé con la publicación Reseña Sindical en
los años 60. Luego continué en un excelente diario político llamado
“Compañero”, en 1968 estuve en el diario La CGT (Central General de
Trabajadores) de los Argentinos que fue una expresión de unidad del
sindicalismo combativo y perseguida como a una fuerza subversiva frente
al sindicalismo burocrático. En ese diario colaboré con Rodolfo Walsh, y
en el mismo escribían excelentes periodistas, como Horacio Verbitsky,
por ejemplo. Se editaban decenas de miles de ejemplares y era un
verdadero organizador de luchas.”
INFORMAR – FORMAR – ORGANIZAR: RODOLFO WALSH
“Una
prensa pegada a los movimientos populares tiene que jugar tanto un rol
informativo-formativo, como una herramienta para la organización. De
hecho, yo he participado en varias experiencias periodísticas que fueron
una posibilidad para romper el muro de la desinformación y a la vez, un
modo de crear grupos de personas organizadas a través de la lectura y
la práctica consecuente de esos medios. Se trata de una prensa que
intercambia experiencias. Nosotros, en los 21 años de Resumen
Latinoamericano, hemos intentado hacer eso. Es decir, reunir luchas de
distintos pueblos, traspasando las fronteras de Argentina.”
-Tuviste
la fortuna de trabajar junto a Rodolfo Walsh. ¿Quién era ese militante,
escritor y periodista que hasta hoy se encumbra como uno de los más
altos exponentes mundiales del periodismo comprometido con los intereses
y el combate de los pueblos por su liberación?
“Rodolfo
Walsh fue un personaje imprescindible. Fue un hombre que ejerció el
periodismo de investigación con un entusiasmo contagioso. Rodolfo era
capaz, mediante procedimientos propios y extremadamente profesionales, a
partir de un hecho de apariencia policial o represivo similar a tantos,
descubrir las tramas políticas profundas de ese incidente.”
-¿Cuál consideras el “golazo” o golpe periodístico de Walsh?
“Su
libro Operación Masacre, en el cual investiga cómo fueron los
fusilamientos de José León Suárez
(http://es.wikipedia.org/wiki/Operaci%C3%B3n_Masacre), en plena época de
cerrazón informativa. Esta obra lo impulsó como un sujeto que tenía
mucho para hacer y para decir.”
-¿Cuándo lo conociste?
“Precisamente
en el plenario de la CGT de los Argentinos donde se resolvió la ruptura
con la CGT burocrática (1968). Allí establecimos una relación de
simpatía mutua a propósito de un hecho absolutamente banal. Era la
madrugada del día en que sería derrotado el “vandorismo” –una corriente
sindical traidora a los intereses de los asalariados/as- y tocaba que
hablara Raimundo Ongaro de la Federación Gráfica Bonaerense, que luego
sería el secretario general de la CGT de los Argentinos. Entonces a
Rodolfo se le agotaron las pilas de su grabador y yo era uno de los
pocos grabadores amigos que él tenía cerca, así es que me dijo “Salvame
el grabado que esto será trascendente”. Allí arrancó una serie de
encuentros sobre todo en el ámbito sindical. Con él y otros compañeros
formamos la Agrupación 26 de Julio del gremio de prensa que provenía
del peronismo de base. Siempre con Rodolfo, devenimos en el Bloque
Peronista de Prensa (de Montoneros), hasta que él me convocó en la
clandestinidad a hacer ANCLA, realmente la experiencia más interesente
de periodismo clandestino que se dio en Argentina.”
ANCLA
-¿Cómo Walsh construyó la Agencia de Noticias Clandestina, ANCLA?
“Nos
fue llamando uno a uno, desde las distintas estructuras de la
organización. ANCLA fue un empeño que provocó conmoción en la
dictadura. Nunca fue un órgano oficial de Montoneros, pese a ser parte
del instrumento político. Sectores del Ejército creían que era una
maniobra de la Marina para meterles “mercadería podrida” a los propios
organismos de seguridad. Esas cavilaciones jamás tuvieron mucho sentido
porque ANCLA apuntaba contra todos los poderes que oprimían a las
fuerzas populares. El material que producíamos era recibido por la
Iglesia, los militares, los empresarios, los sindicalistas y enviábamos
muchos cables hacia el exterior del país donde eran publicados en
importantes medios que, a su vez, los replicaban profusamente.
Entonces,
en concreto, ANCLA se conformó por un grupo pequeño de redacción que
funcionábamos en un domicilio clandestino, y una gran cantidad de
colaboradores insertos en la militancia popular que nos hacía llegar
informaciones desde sus lugares de resistencia. Ese caudal informativo
nosotros lo procesábamos, lo contrastábamos rigurosamente (en eso
Rodolfo era implacable) con el objetivo de ganar credibilidad pública.
En ANCLA, Rodolfo volcó toda la experiencia que había acaudalado en la
Agencia Prensa Latina con Jorge Masetti
(http://www.rebelion.org/noticia.php?id=184126), y en su ejercicio de la
Inteligencia y la desencriptación de mensajes enemigos. Escribíamos de
una manera muy llana de entender, sin caer en la chabacanería. Así
producíamos cables, comunicados breves y sintéticos, y cada tanto tiempo
emitíamos reportajes especiales extensos. Por ejemplo “El rol del
empresariado durante la dictadura…”. Uno de los informes más difundidos e
impactantes fue el de los campos de concentración que operaban en el
país, como el de la Esma
(http://es.wikipedia.org/wiki/Centro_clandestino_de_detenci%C3%B3n_(Argentina)#La_ESMA),
mediante el cual nos enteramos que muchos compañeros/as que dábamos por
muertos, estaban vivos/as. Y que no se trataba sólo de un campo de
concentración, sino que de más de 20, y en los cuales los llamados
detenidos desaparecidos, aún no habían sido asesinados/as, cuestión que
ocurriría con el pasar del tiempo (1976-77).
Rodolfo profesaba
una dimensión periodística muy formativa e interesante. Te enseñaba todo
lo que sabía con el fin de multiplicar sus propias funciones. Él se
preocupó de que el equipo rodara por sí solo. Rodolfo siempre se dedicó
especialmente de cuidar nuestra sobrevivencia. Apuntaba a que el cuerpo
informativo construido se prolongará lo más posible.
-¿Y los golpes contra ANCLA?
“Cae
un compañero, luego otro y hasta la casa donde trabajábamos. Debimos
descentralizar la Agencia y laborar cada cual en su casa. Lo podíamos
hacer porque funcionábamos con mimeógrafos a alcohol, silenciosos, con
papel-biblia para que los envíos no fueran muy voluminosos en las cartas
de correo. Así también actuábamos con citas y encuentros, algunos de
los cuales estaban “envenenados”, eran muy peligrosos. Ya en ese momento
nuestro pequeño grupo realizaba todo el trabajo de producción y
distribución. Fue un lapso de muchas caídas y pocas victorias. El equipo
estable éramos cuatro y quedamos tres más Rodolfo. Los tres
sobrevivimos.
Cuando cayó Rodolfo, habíamos conversado con
antelación sobre la posibilidad de sacar la Agencia al exterior de
Argentina. Su muerte precipitó el ocaso de ANCLA. Alcanzamos a durar
dos a tres meses más solamente.
Rodolfo murió en combate el 25
de marzo de 1977. Ese día él estaba echando a los buzones su famosa
Carta de un escritor a la Junta Militar
(http://www.nuevaliteratura.com.ar/carta%20abierta%20a%20la%20junta%20militar%20por%20Rodolfo%20Walsh.pdf)
y en una cita “cantada” fue embestido por las fuerzas represivas.
Rodolfo sacó su arma porque estaba decidido a no ser prisionero. Los
enemigos del pueblo lo querían atrapar vivo. En particular los milicos
de la Marina que pretendían convertir a los montoneros en colaboradores
del proyecto del comandante de la Armada, Emilio Massera. Fue la última
batalla que les ganó Rodolfo.”
EL FIN DEL PROGRESISMO EN ARGENTINA
-Ya en la primavera de 2014 en Argentina, ¿qué caracterización realizas de la coyuntura política, social y económica del país?
“Creo
que estamos en un final de ciclo de algo que se llamó “progresismo”, y
que no fue ni más ni menos que una posibilidad truncada de recorrer un
camino de un amplio sector que se subió a ese tren, de rehabilitación de
lo mejor de nuestros discursos de los 70, pero que se quedó a mitad de
camino y hoy está en pleno retroceso. Yo no estigmatizo toda la
experiencia. Al comienzo (2003) hubo compañeros/as que abrazaron al
kirchnerismo con el fin de continuar un derrotero desbaratado político y
militarmente por la última dictadura.”
-¿Qué falló?
“Los
personajes que se encumbraron políticamente no tuvieron nada que ver
con nuestros presupuestos ideológicos y éticos de los 70. Apostaron al
capitalismo y no al socialismo. Por eso establecieron alianzas con las
multinacionales durante todo este tiempo y hablaron de redistribuir la
riqueza solamente de la boca para afuera. En síntesis, fue una idea
malgastada sobre todo, en el ámbito latinoamericano, pensando en lo que
ocurrió con Venezuela de Chávez, Bolivia, Cuba. Y no porque no se dieron
cuenta, sino porque no compartieron nunca ese proyecto político. El
denominado kirchnerismo apostó a más de lo mismo, con el agravante de
que muchos de ellos/as se han enriquecido mientras que para el pueblo
significa una nueva frustración. En el mejor de los casos se jugó a
edulcorar el capitalismo. Ahora bien, la toma de conciencia general de
todo esto se desplegará con el tiempo, considerando que hay quienes
necesitan conservar las prebendas y privilegios que han conseguido
durante estos años. Pero el escaparate kirchnerista ya se trizó
irremediablemente. Es lo mismo que nos pasó a nosotros con Perón. Él fue
un líder popular que sabía para dónde iba y que era otro lugar respecto
de hacia donde caminábamos nosotros. Por eso sobrevino nuestra ruptura
con Perón. Desde la masacre de Ezeiza (20 de junio de 1973) nos habíamos
percatado de que el Perón que regresó a Argentina era uno muy diferente
al que muchos habíamos imaginado. El quiebre que se produjo en la plaza
el 1º de Mayo de 1974 (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=184331)
fue traumático, pero necesario. Paradójicamente quienes más se
indignaron entonces fueron los viejos peronistas que habían puesto el
cuerpo durante los 17 años de exilio del caudillo. Lo de la plaza es la
foto del peronismo: la mitad de los que allí estábamos nos retiramos
–confirmando nuestras posiciones y lecturas- y la otra mitad se quedó.
Perón eligió a la burocracia sindical y criminal y a la Triple A. Como
ya no nos podía controlar, él eligió nuestro exterminio.”
-El kirchnerismo se proyecta ahora para el 2019. ¿Qué piensas que pasará en el futuro cercano?
“La
salida política será por derecha. El campo popular no está lo
suficientemente afiatado para constituirse en alternativa. Ni hablar del
poder económico, político y militar que ha adquirido el narcotráfico en
los barrios y que todavía es subestimado por importantes sectores de
nuestros compañeros. Sí se han creado pequeños eslabones de lucha, pero
aún muy parciales. Aún no hemos encontrado ese paradigma que nos pueda
unificar a la mayoría. Existe algo latente, eso sí. Estimamos que en
medio de la actual crisis debe sobrevenir una transformación
profundamente estructural. El peronismo en su versión del siglo XXI se
ha encargado de destruir su propia columna vertebral histórica, que es
el sindicalismo institucional. Por abajo, a diario se amplía el
sindicalismo combativo y de base. A nivel barrial (territorial) contamos
con muchas experiencias, pero fragmentadas. Ahora nuestro enemigo es el
sectarismo, las apetencias personales, el caudillismo. Y en el plano
electoral, lo más probable es que el próximo presidente del país sea
Daniel Scioli (“peronista" de derecha) que, debido a su brutalidad sin
cosméticos, acelere la reestructuración de las fuerzas populares. No
obstante, lo único cierto es la incertidumbre, y lo que ocurra a nivel
internacional y la ofensiva imperialista en curso resulta una
condicionante mayúscula. Ello nos impone respuestas políticas
insoslayables.”
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