Y atendiendo a ello afirmó que había que trabajar por el perfeccionamiento interno como una obsesión casi, como una impulsión constante e instó cada día a analizar honestamente que se había hecho, para corregir los errores.
El Che planteó que esto no debía hacerse en forma aislada o circunstancial, sino que resultaba necesario que fuese el resultado de una tarea constante en la que estuviese presente el autoanálisis, y al respecto señaló: “…por eso se debe emplear tanto la autocrítica porque es una disciplina de mejoramiento y de mejoramiento colectivo que se va estableciendo, a medida que cada uno se acostumbra a sacar a la luz todos sus defectos, todos sus errores y discutirlos para que se corrijan”.
Ernesto Guevara aprovechó sus múltiples contactos con los trabajadores y dirigentes del Ministerio de Industrias para reflexionar en torno a temas tan candentes y significativos como el señalado. El 31 de enero de 1962 al hablar en un acto de entrega de premios a los trabajadores ganadores de la emulación de círculos de estudios del Ministerio de Industrias manifestó que no constituía un pecado cometer errores, que el pecado era volver a cometerlos, ocultarlos y no analizarlos. Y agregó: “Nosotros tenemos que ir sobre nuestros errores, machacar sobre ellos, analizarlos y que no se repitan”.
Ya con antelación a esta intervención, el Che había hecho otras reflexiones sobre la cuestión de los errores y el análisis que a escala individual y de la sociedad en su conjunto debía hacerse para sacar las lecciones pertinentes.
Por ejemplo en una Reunión Nacional de Producción, celebrada en La Habana, en agosto de 1961, él enfatizó: “Tenemos que hacer hincapié en los errores, descubrirlos y mostrarlos a la luz pública, para corregirlos lo más rápidamente posible. Y naturalmente, hay errores y hay debilidades grandes en la producción; puede ser que algunos sean justificados, pero lo importante no es justificar el error, sino impedir que el error se repita.”
Añadió en esa ocasión al hacer alusión al tema de los errores que la única forma de solucionarlos es descubrirlos, hacerlos públicos y precisó al respecto: “…y entonces el error se soluciona; y la única forma revolucionaria es discutir públicamente los errores, los errores que nosotros tenemos, los errores que tienen otros organismos…”
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